BATALLÓN DE ARTILLERIA



El Decreto 578 de 1907 creó la batería modelo como parte integrante del Batallón Modelo de Infantería, fue prácticamente la partida de bautismo de la Artillería Colombiana como Arma orgánica del Ejército Nacional. En este nacimiento nuestra Arma contó con un hecho a su favor. Cuatro de los Oficiales integrantes de la Misión Militar Chilena, contratada para asesorar al Gobierno Colombiano en la realización de la Reforma Militar de 1907, pertenecían al Arma de Artillería. Fueron ellos los Capitanes Pedro Charpín Rival, Pedro Vignola, Diego Guillén Santana y Carlos J. Sáez. Estos distinguidos oficiales se consagraron con devoción no solamente a transmitir conocimientos y experiencias técnicas y tácticas, sino especialmente a inculcar el espíritu artillero, legando así una invaluable herencia que ha sido transmitida a las generaciones de artilleros. (01 de enero de 2010)
El medio con el que la reforma militar puso inicialmente en ejecución su filosofía, fue la creación de unidades modelo de todas las armas para que sirvan de guía y ejemplo a las que con el tiempo se fueran creando. La instalación oficial de la batería modelo se realizó el día 20 de julio de 1907 en los cuarteles de la entonces “Huerta de Jaime” (calle 10ª. Carrera 14 Bogotá), donde actualmente funciona la Dirección de Reclutamiento y Movilización. En 1908, con base en la batería que comandaba el Capitán Campo Elías Duarte, se creó el Batallón “Modelo” de Artillería a cuyo comando fue destinado el señor General Rafael Urdaneta hasta el siguiente año cuando lo sucedió el señor General Elpidio Molano.

Un año después, el 13 de mayo de 1910, el Gobierno Nacional emitió el Decreto 445 creando la I División del Ejército que considera – en su estructura orgánica - un batallón de Artillería bajo la denominación de Grupo de Artillería No. 1 “Bogotá”, asignándole como guarnición la capital de la República. Esta unidad reemplazó al Batallón “Modelo” marcándose con este hecho una importante huella histórica en la aparición en la escena nacional de las unidades de artillería. El Grupo de Artillería No. 1 “Bogotá”.

A la organización adecuada del Ejército, el principal obstáculo que se opuso fue el económico pues durante el Siglo XIX las continuas contiendas civiles habían desangrado el erario público. Por esa razón varios intentos de organización no pudieron convertirse en realidad. Así por ejemplo en 1909 el Decreto 193 creó el Regimiento de Artillería de Montaña, el cual no se pudo organizar por falta de material. El Decreto 437 de mayo 13 de 1911 creó tres divisiones a las que respectivamente se les asignó un grupo de Artillería así: El grupo de Artillería No. 1 “Bogotá” con guarnición en la misma ciudad, el Grupo de Artillería No. 2 “Tenerife” con guarnición en Cartagena, y el Grupo de Artillería No. 3 “Palace” con guarnición en Buga. De estos grupos solo continuó funcionando el No 1 “Bogotá” que, como quedó antes expresado, había sido creado el año inmediatamente anterior.

El primer curso de oficiales que egresó de la Escuela Militar de Cadetes, creada definitivamente a raíz de la reforma militar, se graduó en marzo de 1908. A este curso perteneció el señor Teniente Coronel en retiro Alberto García Zapata (q.e.p.d.), quien relata como sigue en sus memorias sobre el funcionamiento del Grupo Modelo de Artillería:

“El Grupo Modelo de Artillería funcionaba con bastante incomodidad en el mismo cuartel de la Huerta de Jaime; su Comandante era el Capitán Campo Elías Duarte. Las baterías las comandaban los Capitanes Franciso Guinard, Luis Ramírez, y Santos Rodríguez; los oficiales subalternos eran el Teniente Jorge Mercado, y los Subtenientes Julio Osorio, Julio Garavito, Leonidas Mercado, Alberto Manrique Páramo, Tomás Concha, Manuel Brigard Zalamea y Alberto García Zapata; estos tres últimos recientemente graduados de la Escuela Militar.

“El alojamiento propiamente dicho era muy deficiente; el casino de oficiales contaba con sala y comedor únicamente. En la sala recibían los oficiales de instrucción teórica correspondiente, impartida por el señor Capitán del Ejército de chile Diego Guillén y por el señor General Antonio Laverde distinguidísimo oficial colombiano. Se estudiaban, además, los puntos esenciales para elaborar el reglamento de ejercicios del arma. Allí también se efectuaban las reuniones ordinarias de oficiales para tratar asuntos del servicio. Las habitaciones para oficiales subalternos, muy pequeñas, debían alojar a cuatro oficiales, con sus camas, cómodas, trípodes para el baño, etc.

“Los almacenes de las baterías eran cuarticos que no permitían el correcto acomodamiento de los elementos de vestuario y equipo que tenían que hacinarse hasta el techo.

“Los dormitorios de la tropa eran pequeños y mal aireados; las mesas para la comida de la tropa, el aseo de armamento menor y la instrucción civil, estaban colocadas en los corredores.

“El patio de ejercicios sí era magnífico; allí se daba la instrucción de artillería propiamente dicha (ejercicios, apuntadores, carguío, conductores, etc.,) y la de gimnasia e infantería.

Los rastrillos, unas enramadas de vigas cubiertas con teja de zinc y puertas y rejas de madera, estaban situadas en el costado sur del patio; las pesebreras para los caballos de los Oficiales, muy rudimentarias, se encontraban al lado de los rastrillos; el ganado mular, que pastaban en potreros alquilados, era traído al cuartel por las mañanas y llevado nuevamente por las tardes.

“Una o dos veces a la semana salían las baterías al terreno, ordinariamente a la Vuelta del Alto, sobre la carretera que va al río Tunjuelito, a las prácticas de campaña; el tiro real se practicaba muy rara vez pues la cantidad de munición era muy limitada.

“El material de las tres baterías estaba conformado así; una (1) batería con cuatro (4) piezas Bange francesa (las mismas que tenía la batería modelo), una (1) batería con cuatro (4) piezas Maxim inglesa, y una (1) batería con dos (2) piezas Krupp alemanas, y dos (2) piezas Maxim. Todo este material era de montaña calibre 75Mms. Esta mezcolanza de sistemas o marcas, hacía que la instrucción, especialmente la de los oficiales, fuera muy compleja, pero el enorme interés de todo el personal del grupo y la constancia y el entusiasmo del señor Capitán Guillén quien fue el creador de la batería y del grupo modelo, permitió salir adelante. Construyendo así los fundamentos de la Artillería en el Ejército Nacional.

“Con la batería Bange se empleaban los proyectiles propios de este material que eran de carga incompleta, es decir, no tenía vainilla y la carga explosiva estaba contenida en saquetes de tela especial. Para el disparo se colocaba un estopín accionado por un tiraflictor y manejado por uno de los sirvientes desde el costado izquierdo de la pieza, Como estos cañones carecían de frenos, para dispararlos se hacía necesario enrayarlos a fin de aminorar el retroceso. Esta operación consistía en sujetar las ruedas por medio de dos gruesos cables que se pasaban por entre los radios de las mismas y se sujetaban a unos dispositivos especiales o perforaciones colocadas a los lados de la contera. Cuando la pieza estaba lista para disparar, a la voz preventiva correspondiente, los sirvientes saltaban a los costados para dejar expedito el campo de retrocesos ya que este se producía a pesar del enrayamiento en trechos más o menos largos, de acuerdo con el terreno del emplazamiento; en seguida los sirvientes volvían la pieza a su sitio.

“Más tarde, en 1912, con motivo del ataque de los peruanos al puesto militar colombiano de la Pedrera y ante el temor de un conflicto con aquella nación, los clubes sociales de Bogotá como el Jockey Club, efectuaron una contribución patriótica con la cual compraron una batería austríaca de cuatro (4) piezas, marca Erhrardt que constituía la última palabra en materia de Artillería de Montaña de 75Mms. Era un material magnífico con el que remplazó la batería Bange. Con este material se hicieron prácticas muy interesantes, como una marcha a lomo de mula hasta el atrio de la Iglesia de Guadalupe por un camino de herradura casi intransitable; además se practicó en sus distintas modalidades empleando la munición en varias aplicaciones y se intensificó la instrucción en forma muy apreciable. La oficialidad de la batería estaba integrada por el Capitán Luis Ramírez, el teniente Alberto García Zapata y los Subtenientes Javier Tobar y Tobar y Jorge Quintero Peña”. Como aspecto de interés histórico es importante hacer un breve comentario de algunas características del Ejército Nacional que renacía con la reforma militar.

La misión chilena organizó por ese entonces los servicios de abastecimientos en las unidades tácticas , ya que anteriormente se entregaba a cada soldado su partida para que hiciera uso de ella. Los bogotanos de esa época observaron los fogones y ollas que se establecían frente al cuartel del Batallón Guardia Presidencial (Plaza de San Agustín) donde las típicas Juanas Vendían a los soldados, a las horas de tomar sus alimentos, sus platos favoritos. El Gobierno Nacional había asignado una partida mensual de $8.00 por cada soldado para su alimentación, la cual en adelante fue centralizada en un organismo encargado de su administración. El uniforme constaba de sombrero Suaza, chaqueta azul de paño, pantalones de manta, cinturón de servicio y cotizas, prenda esta última que se usaba hasta el grado de Sargento Segundo. El primer domingo de octubre de 1915, le fueron suministradas al Ejército botas de fabricación alemana de color amarillo y forma similar a las que usa actualmente, las cuales tenían en el tacón una herradura metálica para hacerlas más resistentes.

En el campo de instrucción y promoción de suboficiales, se estableció por vez primera el concurso para ascenso de suboficiales, el cual se realizaba cada vez que se presentaba una vacante, siendo ascendido al grado inmediatamente superior quien obtuviera el primer puesto en dicho concurso.

En cuanto a la Artillería se refiere, cabe anotar que en 1912 llegó al país la primera pieza Skoda, enviada por la casa fabricante en demostración con el señor Patchman, un magnifico armero. Debido a la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918), ni la pieza ni el agente pudieron regresar a su país, pero el señor Patchman fue empleado por el Gobierno en los talleres centrales de reparación de armas. Entidad, esta que fue la precursora de la fábrica de Material de Guerra, y que posteriormente se llamaría Industria Militar. Bajo su experta dirección se fabricaron las primeras bayonetas, se repararon en los primeros fusiles u se efectuaron los primeros cursos de armamento en los que participaron los primeros artilleros.

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